Había un
viejo alardeando con un amigo sobre la forma en que su memoria había mejorado…
“Pues sí,
desde que tomo esas pastillas ya no se me olvida nada… Espera, ¿Cómo es que se
llaman mis pastillas…?, hmmm, ¿Cómo es que se llaman?... Que raro... Tengo el nombre en la punta de la lengua...”
Después de un rato de refelxión, el viejo
un poco perplejo le pregunta a su amigo: “¿Cómo es que se llaman las flores rojas
esas que se regalan los enamorados?”
Su amigo
amablemente le responde: “Ah las Rosas”
“Ah sí”
dice el viejo y grita: “¡Rosa! ¿Cómo es que se llaman mis pastillas para el
Alzheimer?”
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